Antes de llegar a Galicia, nuestro destino vacacional, un buen lugar para hacer una parada fue la localidad leonesa de Ponferrada.
Ponferrada, capital de la comarca del Bierzo, constituye una de las etapas principales del Camino de Santiago a su paso por la provincia de León, lo que hace que sus calles se llenen de peregrinos en dirección a Santigo de Compostela. El casco histórico de esta localidad se extiende a los pies de un imponente castillo fundado por los templarios.
Ponferrada tiene sus primeros antecedentes en una antigua ciudadela de la época romana. A partir del siglo XI, el auge experimentado por las peregrinaciones a Santiago de Compostela permitiría el surgimiento del burgo de Pons Ferrata, situado en plena ruta jacobea y denominado así por la construcción de un puente reforzado con hierro.
El Castillo se alza sobre el río Sil presidiendo el casco histórico de la ciudad. Esta fortaleza medieval, de planta poligonal, fue comenzada a construir hacia finales del siglo XII.
A los pies del Castillo se extiende el casco antiguo de la ciudad, al que se entra por la Calle del Reloj. Es en esta vía, se levanta la Torre del Reloj, construida bajo el reinado de Carlos I, en el siglo XVI, sobre una de las puertas del antiguo recinto amurallado.
Como estábamos de paso por Ponferrada, nos dejamos pendiente para una nueva visita ir a “Las Médulas”, declaradas Patrimonio de la Humanidad, y que constituyen un singular paisaje de tierra rojiza que recuerda la extracción de oro llevada a cabo en la zona por los romanos a partir del siglo I a. C.
Ponferrada mucho más que una ciudad para visitar.
