Todos hemos visitado en muchas ocasiones la Basílica del Pilar, de Zaragoza, pero es muy probable que no se haya prestado atención a un detalle de la fachada principal. Se trata de un pequeño tímpano del primitivo templo románico, que había en el emplazamiento donde ahora está la Basílica.
No se trata del tímpano de la primera construcción religiosa que hubo en la zona, ya que, anteriormente al templo románico, la tradición nos habla de que había una capilla de adobe, dedicada a Santa María. En 1443 un incendio destruyó el primitivo templo románico, salvándose tan sólo la imagen de la Virgen, algunos muros y el tímpano románico. En 1515 el arzobispo Hernando de Aragón tomó la determinación de construir una iglesia, que dedicó de nuevo a Santa María la Mayor. Este templo incluiría en su fábrica el tímpano románico, lo que ayudó a que perdurase hasta la actualidad.
El historiador Torralba lo describe como un gran crismón rodado que se decora con cierta ingenuidad y monotonía, con rosetas inscritas en círculos, unas más naturalistas que otras, y palmetas en la parte baja. El perímetro superior de medio punto se decora, en modo continuo y envolvente, con una cinta formando veintiún bucles. En el crismón, que ocupa el centro, son identificables las letras griegas que forman su nombre (xpistós) que se entrelazan.
Dos círculos, con margaritas inscritas, flanquean el crismón, y otras seis margaritas ornan los espacios entre los trazos de los signos griegos. Una franja de palmetas inscritas, derivadas de las típicas del románico jaqués, recorre la parte inferior del tímpano a ambos lados del crismón.
Como se puede comprobar, todos los motivos ornamentales habían aparecido con anterioridad.
La próxima vez que se visite el Pilar, no perder detalle al tímpano de la fachada.

Gracias por mantenernme espectante a tantas cosas nuevos y curiosas. Cada día aprendo algo nuevo.👏👏👏👏
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La verdad que para nosotros también había pasado desapercibido hasta ahora. Nos pareció muy curioso.
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