La ciudad de Zaragoza sufrió una gran renovación con la celebración de la Exposición Internacional de Zaragoza, en el año 2008. Y no sólo en cuanto a la recuperación de las riveras y construcción de toda la zona de exposición, si no también respeto a la movilidad, ya que a raíz de la Expo se replanteó la construcción del tranvía.
El tranvía es un medio de comunicación muy cómodo y que permite desplazarse en menor tiempo por la ciudad.
Zaragoza ya disponía de una red de tranvías desde 1885, en un principio de tracción animal, aunque fue en 1902 cuando se electrificó la primera línea. Había una amplia red de líneas por toda la ciudad (llegó a haber 17) hasta que en los años 60, con la llegada de las primeras líneas de autobús se fueron sustituyendo por el nuevo servicio de buses, hasta que se cerró la última línea del tranvía, en 1976.
En el año 2009, después de años de estudios, se consiguió la financiación necesaria, y en el año 2011 se inauguró, aunque no fue hasta el año 2014 cuando se completó toda la linea del tranvía actual.
Hace unos días, en una visita a Zaragoza, fue la primera vez que Martín viajaba en tranvía, y le encantó, y como curiosidad decir que el tranvía de Zaragoza lo “ha bautizado” trenvía.
En España son varias las ciudades que tienen tranvías en sus calles: Tenerife, Sevilla o Málaga, y algunas europeas como: Viena, Oslo, Estocolmo o Amberes.
El tranvía tiene aspectos positivos, como la mejora, la velocidad, la accesibilidad, menor contaminación acústica, mayor capacidad de transporte de usuarios, marcha más suave y cómoda, comparada con la de los autobuses, reducción del número de accidentes al eliminar vehículos privados de la carretera con una mayor sensación de seguridad en los centros urbanos… , aunque también tiene algún aspecto negativo, como el tener que cortar el tráfico ante un imprevisto, reducción de plazas de aparcamiento por las calles que circula el tranvía, y un precio excesivo de su construcción.
Hace unos días, precisamente, se celebró en Zaragoza un congreso para analizar el futuro del tranvía, y los debates y ponencias se centraron en cuatro pilares fundamentales para los tranvías y la movilidad en general en los próximos años: la digitalización, la conducción autónoma, la seguridad y la sostenibilidad medioambiental.
Los niños menores de cuatro años no necesitan ticket de viaje. A partir de cuatro años sí es necesario abonar el importe del tranvía. Para los niños menores de 8 años puede solicitarse en el Ayuntamiento de Zaragoza una Tarjeta Ciudadana asociada a una Tarjeta Ciudadana de adulto, con la que es posible viajar de forma gratuita.
¡Todos con el transporte sostenible!
