Uno de los últimos paseos que dimos antes de acabar las vacaciones de verano, fue por la bella localidad pirenaica de Torla.
El municipio de Torla se encuentra situado en la falda del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, anclado en las alturas, en la comarca del Sobrabe.
Conserva su tradicional arquitectura pirenaica, y está frente al río Ara, el único río “salvaje” del Pirineo.
Se puede ver casas con grandes portones, tejados de pizarra, y también típicas chimeneas con espanta brujas.
En su conjunto urbano de calles empedradas y estrechas, destacan la torre-campanario de su iglesia y varias casas señoriales, como Casa Oliván o Casa Viú.
La iglesia parroquial es del siglo XVI, está restaurada y es de estilo gótico tardío con portada románica, dedicada a San Salvador.
Uno de los mayores reclamos de Torla es, en la entrada del pueblo, el Centro de Visitantes del Parque Nacional, donde se cogen los autobuses que acercan hasta el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Hay que recordar que solo se puede acceder a través de estos autobuses o caminando durante dos horas hasta la explanada.
Otra actividad interesante, y relacionada con el Parque, son los taxis 4×4 que suben hasta los Miradores de Ordesa, y que se pueden contratar en varias empresas situadas en Torla.
Un pueblo para visitar en cualquier época del año pues ofrece imágenes singulares y distintas en cada visita.
