Y, continuando con el viaje que hicimos en la Semana Blanca, por Navarra, vamos a hablar de las famosas Cuevas de Zugarramurdi, que por supuesto, visitamos.
Uno de los parajes más misteriosos y espectaculares del Pirineo Navarro, son las Cuevas de Zugarramurdi. Estas cuevas, también conocidas como “La Cueva de las Brujas”, se encuentran cerca del casco urbano de Zugarramurdi.
El riachuelo de La regata del Infierno, ha ido creando la principal cavidad de este complejo kárstico superficial, que mide unos 120 metros de largo y unos 12 metros de ancho.
Además de la cavidad principal, en la parte superior, hay dos galerías más, orientadas en la misma dirección.
En estas cuevas se han encontrado restos arqueológicos del periodo Magdaleniense, así como restos de cerámica prehistórica.
El origen del nombre de cueva de las brujas tiene dos versiones: una, en la que se llamaba así a las parteras y otra, de clarividentes u oráculos.
La unión de Zugarramurdi con la brujería, viene dada porque Fray León de Aranibar, abad del Monasterio de Urdax, denunció ante la Inquisición (por no pagarle los impuestos solicitados) que había brujas en la zona, ya que celebraban actos paganos en esta cueva. Unas 300 personas fueron apresadas, de los que 11 fueron ejecutados en la hoguera tras el Proceso de Logroño, en 1610.
La visita a la cueva merece la pena por su tamaño y la belleza del entorno, ya que parece que se abre la tierra bajo la montaña.
El camino es cómodo, sencillo y perfecto para ir con niños.
En el camino a la entrada de la cueva, se encuentra el Museo de la Brujería de Zugarramurdi. El antiguo hospital, es desde julio de 2007, un lugar donde perpetuar la memoria histórica y mostrar al visitante cómo era la vida cotidiana de aquellas gentes. Un homenaje a las personas, hombres y mujeres, que fueron víctimas de una situación social trasnochada, de una ola de pánico brujeril y de una Inquisición que necesitaba imponer su autoridad.
¡Merece la pena visitar Zugarramurdi, “el pueblo de las brujas”!
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