Durante los días previos a la Semana Santa, hemos hecho turismo por el centro de España, y comenzamos nuestro periplo por tierras castellanas, exactamente en el Burgo de Osma.
El Burgo de Osma tiene uno de los recintos medievales mejor conservados de toda la provincia soriana, habiendo sido declarado Conjunto Histórico-Artístico, en 1993.
Esta antigua y monumental ciudad episcopal conserva un interesante recinto fortificado y una importante nómina de edificaciones presididas por la Catedral de Ntra. Sra. de la Asunción.
Es uno de los conjuntos históricos más relevantes de Castilla y León.
No hay que olvidarse de pasear por su calle Mayor, la vía principal, que se encuentra porticada en su totalidad por uno de sus lados, desde la plaza de la Catedral hasta la Plaza Mayor.
La Plaza Mayor es un típico ejemplo de plaza castellana, de planta cuadrada y estilo barroco del siglo XVIII. En ella hay típicas casas castellanas con soportales, y también dos importantes edificios: el Ayuntamiento y el antiguo Hospital de San Agustín. También merece la pena visitar cerca de esta plaza de la Universidad de Santa Catalina, que actualmente es hotel-balneario Castilla Termal Burgo de Osma.
En esta calle se encuentra el Palacio Episcopal, un edificio del siglo XVI en cuya fachada destaca la portada con un arco conopial y el escudo del obispo Alonso Enríquez.
Cuenta también con un puente romano, que está situado sobre el río Ucero, a los pies del castillo. Tiene origen romano, pues data del siglo I a. C., y fue reconstruido en la Edad Media.
En cuanto a la gastronomía, como en cualquier localidad de la provincia de Soria, triunfan los productos derivados del cerdo y, entre ellos, los torreznos, un buen tentempié para la hora del vermut.
¡El Burgo de Osma, merece una visita!
