Este fin de semana, para celebrar el cumpleaños de Martín, estuvimos en el Parque de Atracciones, de Zaragoza.
Martín desde pequeño, ha sido muy atrevido para realizar actividades de aventura.
Como mide más de 1,10 metros, ya puede montarse en atracciones de adultos, acompañado.
No tuvo problemas en montarse en la montaña rusa o en el Saltamontes, e incluso, quiso repetir.
Parece que le gusta sentir la adrenalina.
Una explicación la podemos encontrar en el hecho de que en estas situaciones se desprende adrenalina, una sustancia que el organismo libera en situaciones de alerta, de estrés, de miedo… y es beneficioso para nuestra salud.
La denominada hormona de la acción se activa cuando nos enfrentamos a situaciones de riesgo o de cierto peligro. Aunque parezca extraño, desprender adrenalina parece ser que es bueno para la salud.
La reacción de nuestro cuerpo a una situación de alerta genera que el cuerpo bombee más cantidad de sangre, que por la dilatación de las pupilas tengamos mejor visión o que el cerebro produzca dopamina y serotonina, también conocidas como las hormonas de la felicidad y el bienestar.
Por todo ello, psicológicamente, la adrenalina provoca una sensación de euforia. Esto lleva a las personas a sentirse mucho más vivas para, justo después, una vez superado el reto, relajarse y descansar mejor.
También, en ocasiones, las personas tenemos miedo a realizar este tipo de actividades, y está bien animar a vencerlos; aun así, no se debe forzar nunca a nadie, porque se generaría el efecto contrario al que se quiere conseguir y la experiencia podría ser muy desagradable.
¡Hay que seguir siempre el ritmo de la persona!
