Cuando eres niño, pensar en fiestas es, pensar en “las ferias”.
Cuando nosotros éramos pequeños decíamos “los caballitos”.
Además de montarte en “las ferias” también cabía la posibilidad de que te compraran un algodón de azúcar, una manzana o un martillo de caramelo, una rueda, una trompeta… e, incluso, unos boletos del mini bingo de la feria o de la tómbola. Sin olvidarnos del tiro, que para las fiestas del Pilar, nunca ha faltado.
El año pasado, para las fiestas del Pilar, nos pareció que Martín aún era pequeño para montarlo, y pensamos que “para el año que viene, que ya será más mayor”.
En navidad, un día que fuimos de paseo a Jaca había un carrusel en la plaza Biscós y, como permitían que los padres acompañasen a sus hijos, decidimos montar a Martín, ¡lo disfrutó muchísimo!
Esperemos que el año que viene, podamos ver disfrutar a nuestro hijo en “los caballitos” en las fiestas de nuestro pueblo.
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Me gusta la palabra caballitos en vez de ferias me recuerda mi infancia. Todos los años esperábamos con ansia las fiestas del pueblo.Y correr con los cabezudos…ni te cuento,todo un mundo de color, música y adrenalina para los niños.
Muy bien papis.
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Ojalá nuestros niños puedan disfrutar pronto de los caballitos.
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