El fin de semana pasado hicimos una pequeña excursión desde Sabiñánigo Alto a Sasal. Son seis kilómetros (ida y vuelta) por asfalto, pero tan apenas pasaron coches; los que más circulan por esa carretera, los días de fiesta, son ciclistas.
El camino discurre entre los Capitiellos y un monte de pinar, por la llamada la Val Estrecha y, aunque ya se han caído muchas hojas de los árboles, aún podían apreciarse bonitos colores del otoño. A un lado y al otro del camino hay campos de cultivo y huertos. Nos llamó la atención la cantidad de arbustos de endrinas (arañones) que hay por todo el camino; e incluso coincidimos con varias personas recolectando estos frutos para hacer pacharán.
En medio del recorrido se encuentra el Crucero de Sasal, ya que por aquí discurre el Camino del Pastor, del que ya hablamos en otra entrada. También vimos bastantes setas, pero como no somos expertos, no las tocamos. Antes de llegar a Sasal, en uno de los campos, había tres preciosos caballos que pastaban tranquilamente.
Sasal es un pequeño pueblo, tranquilo y con bonitas casas, la mayoría de nueva construcción. Llama la atención su iglesia parroquial en lo alto, dedicada a San Esteban.
Nos encantó el gran panel, con el nombre de Sasal, como tienen en muchas ciudades de fondo para hacer fotos. También hay dos paneles explicativos del pueblo y del camino de Santiago.
Una ruta bonita, que a lo mejor en un futuro próximo, la hagamos en bici cuando Martín aprenda.
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