Este puente de la Constitución, aprovechando que nevó, salimos a jugar a la nieve con Martín.
La nieve es divertida para los niños y adultos, ya que a casi todos nos gusta ver los paisajes nevados, los deportes de invierno o, simplemente, ver nevar desde la ventana. Y eso, a pesar de los inconvenientes que puede tener la nieve al desplazarnos por las carreteras.
Ya hemos descubierto que a Martín le encanta jugar con la nieve y por eso, cogimos el trineo y buscamos pequeñas bajadas por los campos y caminos de Cartirana, aprovechando que el martes salió un poco el sol y la nieve estaba blandita.
Sin duda es una actividad muy divertida para los niños y con muchos aprendizajes, ya que ayuda a que se desarrolle su motricidad gruesa al intentar mantener el equilibrio al andar y al correr por encima de la nieve. Es interesante el proceso de ver cómo la nieve está fría, y se transforma en agua cuando sale el sol o, se convierte en hielo cuando baja mucho la temperatura. Y lo más importante que puede experimentar un niño es, disfrutar físicamente y emocionalmente del placer que supone estar en contacto con la nieve y sus posibilidades.
Muchas son las actividades y juegos que podemos hacer en la nieve: hacer muñecos de nieve, tumbarnos y hacer «el ángel», lanzar bolas, construir un iglú o, simplemente correr y saltar intentando no resbalarnos, ¡ji, ji!

Seguro que Martín disfrutó. Pero, ¿y vosotros? ¿ no os animasteis? Venga, «foto haciendo el ángel».
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Nosotros también disfrutamos mucho jugando.
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