Llega enero y su temida “cuesta” y, más nos vale haber sido previsores porque sino este mes se puede llegar a hacer MUY largo.
La cuesta de enero se define por: las subidas de precios, tarifas y tasas que suceden al inicio de cada año, y que afectan a la capacidad de compra de los consumidores. Se trata de aumentos de precios en los productos regulados una vez al año, en el mes de enero, a diferencia del resto de bienes y servicios cuyos precios y servicios fluctúan a lo largo del calendario.
En España, los servicios con precios fijados o regulados por las administraciones como el transporte público, servicio de correos, peajes y tasas administrativas aumentan de precio en este mes. También lo hacen los productos de los llamados sectores estratégicos, como la electricidad, el gas y telecomunicaciones. También afectarían, si existieran, las subidas de impuestos al iniciarse el calendario fiscal en el mes de enero.
Además todo esto sucede justo después de la Navidades, momento en que nuestros gastos aumentan considerablemente, debido a la compra de regalos, preparaciones de comidas y cenas especiales, salidas… y lo que nos puede suceder que, al inicio de la cuesta, tengamos el bolsillo bastante vacío.
Encontrarnos un pequeño alivio, al acabar las Navidades, con las rebajas de enero, donde los comerciantes rebajan sus productos que no pudieron dar salida en temporada y Navidad.
Si buscamos en la red encontramos infinidad de titulares del tipo de: “cómo superar la cuesta de enero”, “unos consejos para anticiparse a la cuesta de enero”, “cómo sobrevivir a la cuesta de enero”…
Seguramente todos estos consejos no sean más que, saber planificarnos con nuestra economía y comprar con sentido común. Y, si una cuesta de enero nos “ha pillado”, para la próxima seguro que habremos aprendido la lección.
