El puente de Fanlo se encuentra en la carretera N-330, sentido Sabiñánigo-Huesca, a un par de kilómetros antes de llegar al Hostal de Ipiés. Entre los kilómetros 618 y 619 hay que salirse de la calzada y tomar un pequeño desvío que conduce a lo que fuera la antigua carretera. A escasos metros se encuentra el puente, que cruza el río Gállego.
Este puente toma el nombre del despoblado medieval de Fanlo, que estaba en las inmediaciones de Lanave y que sin duda debió tener una relación estrecha con el monasterio medieval de San Andrés de Fanlo, que no se encontraba muy lejos de donde está el puente.
El monasterio de San Andrés de Fanlo parece que fue uno de los monasterios más poderosos del Alto Aragón. Al parecer estuvo situado en el partido llamado Jabarella donde queda memoria de su existencia en la denominada pardina de Fanlo.
Para llegar hasta aquí hay que desviarse en el Hostal de Ipiés y seguir hasta Ipiés, pasar por delante de su parroquia y seguir la pista que, en dirección noreste nos conduce hasta este lugar a poco más de un kilómetro. La pista es apta para coches todo terreno, pero no para vehículo convencional. Llegados al lugar encontramos los edificios de la pardina en avanzado estado de ruina, y se encuentra vallado todo su perímetro.
Volviendo a la historia del puente de Fanlo, decir que significó un paso importante para pasar al otro lado del río Gállego.
Está construido en sillería perfectamente trabajada y formado por dos arcos de medio punto de diferente tamaño. El más grande, de 24,60 metros de luz y 11,10 de altura, ocupa la parte central del puente y es por donde pasa el agua habitualmente. El otro es más pequeño, de 9,12 metros de luz y 7,30 de altura y se encuentra en la margen izquierda y, actualmente sólo pasa agua cuando hay avenidas. Entre los dos arcos hay un pilar fuerte y robusto que tiene un tajamar (servía para cortar el agua de la corriente y repartirla con igualdad).
Al carecer de un tercer arco le da al puente un aspecto recio, firme y fuerte a la vez.
En el paso o vía hay restos de lo que podía ser el empedrado original.
Este puente está datado entre los siglos XVII-XVIII. Fue destruido en la guerra civil y reconstruido en los años 1983 y 84.
Cruzando el puente encontramos el despoblado Mesón de Santa Ana y los restos de la ermita de esta misma santa.
El Mesón de Santa Ana mantuvo dos viviendas abiertas a comienzos del siglo XX.
Cerca de las viviendas (junto a la pista) queda vestigio de la pequeña ermita que estuvo dedicada a Santa Ana. Por sus dimensiones, más que una ermita da la sensación de que fuera un pequeño zoque.
Nos sorprendió gratamente cruzar un puente tan bonito y, lo tenemos aquí mismo, muy cerca de Sabiñánigo.
