Cada vez es más frecuente ver en las habitaciones de los niños un espejo que está a su altura para poder mirarse y para que puedan jugar frente a él.
Está demostrado que los espejos son más que un simple adorno, ya que aportan muchísimos beneficios al niño desde que es un bebé.
Una de las razones por las cuales a los bebés les encantan los espejos, es porque adoran las caras, tanto las suyas como las de los demás.
Varias son las funciones que aportan los espejos:
. Hacer que se mantenga mucho más tiempo la postura boca abajo en los bebés.
. Agudizar la visión.
. Potenciar habilidades de motricidad fina.
. Fomentar la coordinación mano-ojo.
. Fortalecer la motricidad gruesa.
. Trabajar la atención.
. Desarrollo del lenguaje y de las habilidades emocionales.
. Estimular el conocimiento básico de uno mismo, es decir, les ayuda a reconocerse.
. Conocer el entorno aprendiendo a relacionarse con todo lo que les rodea, la familia, los juguetes, los diferentes ambientes…
. Crear una imagen sana de sí mismo.
…
Además, los espejos activan la curiosidad y motiva a los niños a practicar y aprender muchísimas habilidades.
Debemos elegir espejos aptos para niños; deben ser de plástico y con bordes y esquinas protegidas. Pueden ser grandes para colgar o pequeños para apoyar sobre una superficie.
En las escuelas infantiles también se utilizan en infinidad de actividades, tanto en las aulas de bebés como en las aulas de los más mayores.
Un espejo, una buena idea de regalo para un niño de cualquier edad.
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