El día que descubrimos el dolmen de Ibirque aprovechamos a acercarnos hasta Nocito y, ¡menuda sorpresa, qué pueblo más bonito!
Nocito, perteneciente al municipio de Nueno, está situado en un pequeño llano de la cara norte de la sierra de Guara, junto al nacimiento del río Guatizalema.
Este bonito núcleo se encuentra dividido en dos barrios separados entre sí por un precioso puente medieval, el barrio de San Juan y el de San Pedro.
La mayoría de las construcciones de Nocito habría que fecharlas en el siglo XIX aunque también existen otras de siglos anteriores, ya que aún se conservan en algunas fachadas los escudos de armas de familias cuyos linajes habría que remontarse a los siglos XVI-XVII.
Todas sus casas presentan preciosas chimeneas espantabrujas, bonitas y adornadas balconadas, preciosas fuentes de piedra y todo ello en un entorno donde el único ruido que escuchamos es el cantar de las aves o el relincho de algún caballo. Y es que esta localidad también es conocida por ellos.
Cada uno de los barrios cuenta con una parroquia; en el barrio de San Pedro se encuentra la iglesia románica dedicada a San Pedro (del siglo XVI), que si se desconoce puede pasar a lo lejos como una borda más, y en el bario de San Juan está la parroquia del lugar dedicada al mencionado santo, datada en el siglo XVIII (guarda en su interior una bonita pila bautismal de piedra, en forma de media esfera con motivos decorativos).
Nocito cuenta con un camping, varias casas rurales, albergue, restaurantes, bares… ya que «es uno de los centros neurálgicos del senderismo y el deporte de montaña» en la sierra prepirenaica.
Actualmente viven en Nocito unas 10 personas fijas y, hasta el año 1999 no se electrificó esta pequeña localidad.
“El Valle de Nocito, donde el tiempo se detiene, la naturaleza se torna protagonista y su paisaje cambiante no deja de sorprender”
