Otra lugar que teníamos pendiente desde hace tiempo, era visitar El Patio de la Infanta.
Dicho patio está en el interior de la Sede Central de Ibercaja en Zaragoza, y es una joya del arte renacentista aragonés y modelo de patios de otros importantes palacios de la época.
Junto a la antigua judería, en lo que hoy es la calle San Jorge, Gabriel Zaporta, comerciante y primer banquero de la Corona de Aragón, mandó construir a mediados del s. XVI la Casa Zaporta.
Esta casa palacio sirvió de residencia a importantes personajes aragoneses como Ramón Pignatelli o La infanta María Teresa de Vallabriga, inquilina hasta 1820. A partir del siglo XIX el patio central de la casa se conocería con el nombre de Patio de la Infanta en honor a Mª Teresa de Vallabriga.
Este patio albergó la Escuela de Bellas Artes, la Escuela de Música o el Casino de Zaragoza, entre otros usos.
A finales del s. XIX , la casa sufrió un incendio que la dejó en ruinas, lo que provocó su demolición en 1903, donde se perdió la escalera y el alero.
Un año después, un anticuario francés (Ferdinand Schultz) compró por diecisiete mil pesetas el patio, lo desmontó y se lo llevó a París para instalarlo en su tienda de antigüedades.
En el año 1958, la actual Ibercaja pagó por su adquisición treinta millones de francos franceses y lo trajo de nuevo a la ciudad.
Desde 1980 se puede visitar. Es curioso descubrir que todas las columnas son anilladas a dos tercios, una característica tradicional de la columna renacentista aragonesa.
Además, sorprenden los secretos que esconde: amor y astrología, arte y esoterismo, política e historia.
¡Hacen de este lugar un universo fascinante!
