En nuestro puente por la ciudad de Barcelona estuvimos en el Zoo. Es una visita muy interesante para niños y adultos porque siempre llama la atención descubrir y conocer a animales que viven, normalmente, tan lejos de nuestro país.
El Zoo de Barcelona está situado en el Parque de la Ciutadella, que fue diseñado para la Exposición Universal que se celebró en el año 1888. Posteriormente, en el año 1892, el banquero y empresario Luis Martí Codolar ofreció al Ayuntamiento su colección de animales autóctonos y exóticos por 30.000 pesetas de la época.
En 1899 se realizó la primera organización del Zoo, y se distribuyeron en tres grandes secciones: primates, animales acuáticos y grandes cuadrúpedos, además de un gran espacio dedicado a los patos y las gallinas de diversas variedades.
El Zoo como es obvio, pasó malos momentos en diferentes épocas, sobre todo durante y después de la Guerra Civil Española, donde la escasez de alimentos o las bombas acabaron con muchos animales.
Fue a partir de los años 50, cuando el Zoo resurgió con fuerza, mediante visitas de personajes ilustres, como Dalí y, sobre todo, con la llegada de Copito de Nieve, en el año 1966. Sin duda la llegada de un gorila albino hizo aumentar el número de visitas, especialmente desde que fuera portada de la revista National Geographic.
Con la llegada del nuevo siglo, el Zoo de Barcelona realiza una profunda remodelación, y en el año 2017 se decide impulsar un nuevo modelo del Zoo, basado en la conservación, la investigación y la educación.
El Zoo de Barcelona priorizará las especies autóctonas y las más amenazadas, apostando por el bienestar animal y la sostenibilidad.
Una visita muy recomendada para que los niños conozcan muchas especies animales.
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