En nuestras últimas vacaciones hemos aprendido un montón de curiosidades.
Una de las actividades recomendables para hacer en el Delta del Ebro, es recorrer su Camino Natural, y descubrir la importancia que tenía el poder cruzar el río Ebro de una orilla a la otra.
Son innumerables los puentes que permiten el paso de un lado a otro del río, y en la población de Deltebre hay uno que le une con la vecina de Sant Jaume d’Enveja.
Es una construcción moderna y reciente, y hasta hace no mucho, este desplazamiento se realizaba con unas barcazas.
Sin duda, fue a lo largo de 100 años, el medio de transporte que favoreció el desarrollo social y económico de la zona. Se pusieron en funcionamiento a mediados del siglo XIX debido al aumento del trabajo y de la población, con la introducción del cultivo del arroz.
Hubo un tiempo en el que coincidieron hasta cinco barcazas cruzando el río a la vez (las de las islas de Gracia y de Buda, los pasos de Garriga, del Carrilet y de La Cava). Dejaron de funcionar en el año 2010, cuando se acabó de construir el puente Lo Passador.
Por suerte y para que no caigan en el olvido, todavía se puede contemplar una de ellas en Deltebre junto al puente.
La barcaza de La Cava se colocó tras la inauguración del puente. Además de generar un espacio simbólico, sirve para la realización de todo tipo de actividades al aire libre.
Sin duda, recordará para siempre que, durante muchos años, dos municipios vecinos estaban separados por el río Ebro.
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