Hace unos días le regalaron a Martín un juego electrónico de luces y sonidos, que le encanta.
El juego consiste en que el jugador recuerde la secuencia de colores y que la repita en el orden correcto, presionando los botones de colores. Además, tiene diferentes tonos que se reproducen mientras se presionan los distintos botones.
Al principio, las secuencias de luces y sonidos tienen un ritmo sencillo, pero a medida que avanza el juego, se vuelven más complejas.
El aparato, según aciertes o falles, emite dos tipos de sonidos.
Los pasos son siempre los mismos:
- Observar las luces.
- Recordar los colores.
- Repetir la secuencia.
Es un juego que tiene multitud de beneficios:
-Desarrolla los reflejos.
-Fomenta la memoria visual y sonora.
-Mejora la coordinación óculo-manual.
-Propicia el desarrollo intelectual.
-Desarrolla la concentración.
-Potencia habilidades y destrezas.
…
El juego es similar a uno que ya existía hace unos años, el famoso Simón. Tuvo un gran éxito durante los años 80. Tenía forma de disco con cuatro cuadrantes, cada uno de un color: verde, rojo, azul y amarillo, en su versión original. Más de dos décadas después han salido distintas versiones actualizando la electrónica del aparato, con más o mejores efectos visuales y sonoros, o añadiendo más colores y sonidos de los cuatro originales.
El juego de Simón estaba recomendado a partir de 8 años, aunque debido a su sencillez se puede jugar desde edades más tempranas.
“Simón dice…”
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