Una de las atracciones de Anento es realizar el paseo que lleva desde el pueblo hasta la zona conocida como Aguallueve.
El Aguallueve es un manantial que cae continuamente en forma de gotas de agua, creando un espectacular relieve, con paredes de piedra y musgo, y pequeñas grutas escondidas en su interior.
Se ha ido formado por las filtraciones de manantiales que han creado este paisaje kárstico.
Resulta un lugar precioso donde existe un gran contraste de colores; el verde de la naturaleza, los colores rojizos de la arena arcillosa, en la que se forman impresionantes cárcavas y el gris de la piedra caliza del alto del Aguallueve.
El agua se recoge en una balsa que después se canaliza para el riego de campos y huertos.
Hay que recordar que el baño está prohibido en la zona.
Con el paso del tiempo, la humedad ha creado un pequeño microclima, rico en juncos, helechos y mentas, extremadamente diferente de los ecosistemas que se encuentra unos metros más arriba.
En invierno, a temperaturas bajo cero, cada gota de agua que cae se va congelando y se forman unas impresionantes estalactitas de hielo.
Un sencillo paseo que deja maravillado a cualquiera.
