Este año para Reyes, Martín tenía muy claro que se quería pedir un globo terráqueo. Le hizo mucha ilusión, y desde que la tiene, cada vez que oye que alguien ha viajado a algún sitio o va a viajar, se interesa por localizar en la bola, ese lugar.
“¿Por qué los niños deberían tener un globo terráqueo en casa?»
El globo terráqueo es un recurso didáctico que todo niño debería tener en casa. Sin duda, se trata de una herramienta fundamental para familiarizar a los niños con el mundo en el que viven y ayudarles a comprender algunos conceptos elementales como la esfericidad de la Tierra, el movimiento de rotación y traslación y el efecto de la gravedad.
Al ser esférica, resulta más fácil de manipular y sencillo de entender que un mapa físico tradicional.
A medida que crecen, la mayoría de los niños, empiezan a mostrar interés por el mundo en el que viven y comienzan a hacer preguntas a sus padres sobre el mismo. Quieren conocer cómo está distribuido el mundo, dónde está el país en el que viven o dónde se encuentran los lugares de los que escuchan hablar en la televisión, en los cuentos o de boca de los adultos, a familiarizarse con la geografía desde una edad temprana… En estos casos, tener a mano un globo terráqueo puede ser muy útil.
Estos días que hemos tenido en casa el álbum ilustrado “El Lobo que quería dar la vuelta al mundo”, le ha ayudado mucho tener un globo terráqueo, para poder situar los países por los que viajaba el lobo en su aventura.
“Si pudiéramos ver el mundo con los ojos de un niño, veríamos la magia en todo”.
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