A Martín le gusta mucho jugar con un caballo de palo, que nos han prestado y ¡le encanta!
Los caballitos de palo, también llamados de tela o sanjuaneros, son un juguete tradicional, especialmente popular de épocas anteriores.
Está construido con un palo recto de madera al que se le une una pequeña figura representando la cabeza de un caballo (de madera, de cartón o de un tejido prensado). A veces lleva riendas. En el extremo inferior del palo puede llevar una o dos ruedas pequeñas.
Está recomendado para niños de entre 2 y 5 años.
Varios son los objetivos que se desarrollan con el caballo de palo:
-Desarrollar el equilibrio del niño.
-Favorecer el impulso y el balanceo acompasado.
-Fomentar el juego y la diversión en los niños.
Podemos ver los beneficios en varios ámbitos:
–Psicomotor: fomenta la adquisición de un control cada vez mayor de las partes del cuerpo del niño; aumenta la fuerza de sus piernas al “cabalgar”, hasta conseguir el equilibrio y la marcha.
–Cognitivo: se desarrolla el juego simbólico imaginando que es un vaquero, un indio, un corredor de carreras…
–Afectivo: puede cogerle gran cariño al caballo y ponerle un nombre.
–Social: aprendizaje de un lenguaje específico, ya que podrá jugar diciendo “arre caballito”, «soo»,… Puede convertirse en un juego colectivo jugando con otros niños o adultos.
El papel del adulto también puede aparecer en la fabricación conjunta del caballo. Con materiales de nuestro alcance (un palo de escoba, un calcetín, telas, algodón o goma-espuma, botones, cuerda…) podemos fabricar un bonito caballito.
Nos gustan mucho los juguetes de madera, que aportan muchísimos beneficios muy conocidos, como:
-La conexión con la naturaleza.
-Estimulación del sentido del tacto.
-Ser muy duraderos.
…
Y más, si son juguetes tradicionales, sencillos y auténticos como todas las versiones del caballo de madera; de palo, balancín o de ruedas.

Con vosotros Martín no puede aburrirse!! Me encanta!!!
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No nos aburrimos, no… ¡je!
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