Según estudios recientes, los niños que crecen habitualmente descalzos tienen múltiples beneficios a nivel físico y emocional. Estos niños serán capaces de mantener mejor el equilibrio y saltar más lejos que los que caminan calzados. Caminar descalzo desarrolla los sentidos y hace que se estimulen las sensaciones cinestésicas y los reflejos posturales.
Nos apetece compartir este artículo de “Bebés y más”, que habla de este tema ampliamente.
“Andar descalzo, uno de los pequeños placeres de la vida”
