A muchos niños les encanta el campo y las tareas agrícolas, y también los animales de la granja: vacas, ovejas, burros, conejos, cerdos… Martín es uno de ellos.
En los pueblos se pueden observar todo lo relacionado con la granja y el campo.
Yésero y Cartirana son ejemplos vivos de esos pueblos. Por las mañanas despiertan a sus habitantes el canto de los gallos o el sonido del tractor que va a trabajar al campo.
En nuestros paseos por Yésero es una alegría escuchar el sonido de los cencerros de las vacas y poder observarlas desde cerca, como pacen tranquilas en el prado. Si además hay terneros, el éxito está asegurado.
Ver comer a los conejos también sorprende mucho a los niños, sobre todo ese sonido tan peculiar que emiten.
Nos gusta observar los huertos y ver la evolución de las cosechas, ver cómo crecen y maduran los tomates, las fresas…
En estos pueblos, en cualquier rincón hay algún utensilio o máquina del campo: remolques, carretillos, tractores, cosechadoras, trillos, depósitos… es una ocasión para pararnos, observar y adivinar para qué deben servir.
A Martín todo le llama mucho la atención; le encanta subirse a un tractor o remolque, ver cómo rellenan el agua de los depósitos de las vacas, subirse a las pacas de paja redondas y resbalarse como si fueran un tobogán… ¡a lo mejor tenemos un futuro hombre de campo!

¡Qué hortelano más guapo!!!
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¡Muchas gracias, Esther!
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