El fin de semana pasado nos acercamos hasta el municipio del Hostal de Ipies para dar un paseo y, además, aprovechamos para conocer “Las Balsas de Cáñamo”.
Hasta hace no muchos años era normal encontrar en los pueblos de nuestra comarca, cultivos dedicados al lino y al cáñamo; ambos cultivos tuvieron gran repercusión económica, para la confección del ajuar casero.
El sendero que lleva hasta este lugar se encuentra en el inicio de la carretera de Lasieso.
Las balsas pertenecen a las casas de Fadrín, Hermenegildo, Latrás, Martín Pablo y Usieto, todas ellas de Ipiés.
Estas balsas están construidas en piedra de, aproximadamente un metro de altura y miden cerca de cuatro por tres metros en planta, cada una de ellas.
Dichas balsas de contención de agua tenían como función almacenar el cáñamo, cultivado en huertas cercanas, que poco a poco se introducía en ellas, sujetándolas con piedras que hacían el peso suficiente para que no flotaran. Tras unos veinte o veintitrés días de remojo se retiraban de estos depósitos y eran llevadas al horno cercano donde se seguía con el proceso.
Finalmente se llevaban a tejer a Gésera, a casa Tejedor, y más tarde a Gillué, y se hacían cobertores, talegas, porgaderas, sacos, mandiles, sábanas… También se hacían alpargatas en Caldearenas, en Emiliano “el Alpargatero”.
Se recomienda una visita al museo Ángel Orensanz y Artes del Serrablo para conocer mejor sobre el tema, donde se encuentra dedicada una sala a los tejidos de la comarca. Aunque ahora mismo el museo está cerrado por obras hasta el 1 de marzo de 2022.
