“Ser competitivo y esforzarse por mejorar y ganar es positivo, pero algunos niños son tan exigentes que se enfadan cuando no son los primeros y hasta se sienten mal consigo mismos, lo que puede convertirse en un verdadero problema”.
Al hilo del cuento “¡Quiero ir el primero!”, queremos compartir este artículo sobre la competitividad en los niños y cómo evitar esta actitud cuando se convierte en excesiva.
