Una alergia a determinado alimento ocurre cuando el cuerpo reacciona contra proteínas no dañinas que se hallan en ese alimento. La reacción suele ocurrir al poco rato de que se ingiere el alimento. Estas reacciones pueden variar, de leves a severas.
Como existen muchos síntomas y enfermedades que pueden confundirse con alergias alimentarias, es importante que los padres conozcamos las diferencias.
Se pueden producir alteraciones en la piel, como puede ser urticarias (similares a las picaduras de mosquito), lesiones que provocan picazón, hinchazón… También se pueden producir problemas de respiración, estomacales o incluso circulatorios.
Si varias partes del cuerpo están afectadas, la reacción puede llegar a ser severa, e incluso, poner en peligro la vida del niño. Este tipo de reacción alérgica se conoce como anafilaxis y requiere de atención médica inmediata. Es por ello, que los niños con algún tipo de alergia, siempre deben contar con n tratamiento específico.
Cualquier alimento puede provocar una alergia, pero los siguientes alimentos son los más comunes: Leche de vaca, huevos, cacahuates, trigo, frutos secos de árboles (como nueces, pistacho, pecanas y anacardos), pescado (como el atún, salmón, bacalao), mariscos (tales como camarones, langosta), entre otros.
Afortunadamente, este tipo de alergia, por lo general, se superan durante la niñez temprana. Se estima que entre un 80 % y un 90 % de las alergias al huevo, leche y trigo, desaparecen para cuando el niño tiene cinco años de edad. Algunas alergias son más persistentes.
Martín desde muy pequeño tenía alergias a bastantes alimentos, pero poco a poco, y con la ayuda del equipo de alergología del Hospital de Jaca y del Hospital Clínico Universitario, Lozano Bielsa, de Zaragoza ha ido superando ya casi todas.
Sin duda, el tema de las alergias es un tema que nos preocupa mucho a los progenitores.
