Otra de las visitas que realizamos en la zona del Jiloca, en el puente de Todos Santos, fue el impresionante castillo de Peracense.
Este castillo se encuentra, como decimos, en la bella comarca de Jiloca, elevado en un farallón rocoso, de piedra de rodeno, perfectamente integrado en el paisaje ya que se empleó la misma roca arenisca del entorno, como cantera de sus sillares. El tono rojo de este material, y las formaciones del paisaje que le rodean, le dan al castillo de Peracense una imagen pintoresca, y esto junto a su maravilloso estado de conservación, lo convierten en uno de los más visitados.
Aprovechando una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada, a unos 1400 metros sobre el nivel del mar, se construyó el castillo.
El proceso de construcción no fue precisamente corto, pues comenzó en el siglo XII sobre una antigua fortaleza islámica y no acabó hasta el XIV.
La fortaleza ocupa unos 4000 metros cuadrados, y está compuesta por tres recintos que hay que ir atravesando para llegar al nucleo central, totalmente inespugnable, donde tenía el señor sus aposentos.
El castillo de Peracense es una magnífica muestra de la arquitectura militar bajomedieval aragonesa y debido a su función militar, ha sufrido numerosas reformas y añadidos, los últimos en pleno siglo XIX con motivo de las guerras carlistas. En la actualidad se realizan en él encuentros de recreación medieval.
¡El castillo rojo!
